La Corte Suprema de EE.UU. pone fin a la “discriminación positiva” en los procesos de admisión de las universidades
Los jueces han examinado en concreto las prácticas de la Universidad de Carolina del Norte y de la Universidad de Harvard y, en ambos casos, han entendido que no cumplían con la ley, con seis votos a tres.
El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha fallado este jueves en contra de la discriminación positiva por razones de raza en los ingresos a la universidad, una práctica que históricamente ha favorecido la incorporación de estudiantes negros y latinos en estudios superiores, especialmente en aquellos centros universitarios con una alta demanda.
Los jueces han examinado en concreto las prácticas de la Universidad de Carolina del Norte y de la Universidad de Harvard y, en ambos casos, han entendido que no cumplían con la ley, con seis votos a tres. El tribunal, controlado por los conservadores, considera que viola la cláusula de igualdad contemplada en la Decimocuarta Enmienda de la Constitución.
El tribunal pone fin a una doctrina que comenzó a aplicar en 1978 y que consolidó en el año 2003, al avalar ahora una demanda interpuesta por un grupo conservador, Students for Fair Admissions, que alegaba que los protocolos actuales discriminan a los estudiantes de origen asiático. La sentencia de este jueves previsiblemente afectará a las universidades más reclamadas, que veían en la discriminación positiva una forma de garantizar la diversidad de sus estudiantes.
El presidente del Supremo, John Roberts, ha afirmado que los programas de las dos universidades analizadas no ofrecen suficientes garantías para que la raza no termine siendo utilizada "de manera negativa" o se caiga en "estereotipos", informa la cadena CNN. Aboga únicamente porque se pueda tener en cuenta "cómo la raza (de un estudiante) afectó a su vida", pero no el hecho de que esta persona pertenezca a uno u otro grupo.
Por su parte, el magistrado Clarence Thomas, ha justificado su rechazo a la discriminación positiva ya que, aunque entiende los "estragos sociales y económicos" que sufren personas negras como él, se ciñe a la Declaración de Independencia y a la Constitución para defender "que todos los hombres son creados iguales, son ciudadanos iguales y deben ser tratados por igual ante la ley".
En cambio, una de las magistradas disidentes, Sonia Sotomayor, ha afirmado que la mayoría ha planteado una posición a su juicio "indefendible". "Ignorar la raza no hará más igual una sociedad que es desigual en cuestiones de raza. Eso era cierto en 1860, en 1954 y hoy: la igualdad requiere que se reconozcan las desigualdades", ha argumentado.
La jueza Ketanji Brown Jackson, la primera mujer negra en acceder al Supremo, cree igualmente que "considerar que la raza es irrelevante en la ley no significa que lo sea en la vida".
Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha pronunciado un discurso desde la sala Roosevelt de la Casa Blanca para recriminar al Tribunal Supremo que "una vez más se aleje de décadas de precedentes", y se ha mostrado "muy" en contra de la decisión.
"Creo que nuestras universidades son más fuertes cuando son racialmente diversas. Nuestra nación es más fuerte, pero porque estamos aprovechando toda la gama de talentos de esta nación", ha manifestado el mandatario, quien considera que "el talento, la creatividad y el trabajo duro están en todas partes del país".
Pese a defender el talento de la población estadounidense, independientemente de su raza, el presidente Biden ha reconocido que "no hay igualdad de oportunidades" en el país. "No podemos permitir que esta decisión sea la última palabra", ha agregado el inquilino de la Casa Blanca.
"Estados Unidos es una idea, una idea única en el mundo, una idea de esperanza y oportunidad, de posibilidades, de dar a todos una oportunidad justa, de no dejar a nadie atrás. Nunca hemos estado completamente a la altura, pero tampoco nos hemos alejado nunca de ello", ha añadido Biden.
El mandatario ha remarcado que los centros universitarios debería seguir teniendo en cuenta una serie de adversidades para, como hasta ahora, aceptar a los estudiantes, como pueda ser su nivel adquisitivo, la ubicación de su centro de enseñanza o particularidades "que cada estudiante ha enfrentado en su vida".
La sentencia, que previsiblemente agitará todo el sistema educativo en Estados Unidos, ha sido bien recibida en las filas republicanas. El presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, ha afirmado en Twitter que el fallo implica que "a ningún estadounidense se le pueden negar oportunidades educativas por razones de raza", de tal manera que el proceso de admisión se base en "estándares de igualdad y méritos individuales".
Varios candidatos a las primarias republicanas se han pronunciado en el mismo sentido, entre ellos el expresidente Donald Trump, quien ha asegurado que este es un "gran día" para el país. "Nuestras mentes más brillantes deben ser atesoradas (…) Vamos a volver a basarnos en los méritos, y así debe ser", ha dicho.
Por su parte, el que fuera ‘número dos’ de Trump, Mike Pence, ha manifestado que la discriminación positiva hasta ahora vigente era una forma de "perpetuar el racismo" en Estados Unidos. "Me complace que el Tribunal Supremo haya puesto fin a esta violación atroz de los derechos civiles y constitucionales", ha afirmado.
En la misma línea, el gobernador de Florida y también candidato a las primarias republicanas, Ron DeSantis, ha apoyado la decisión del Supremo, pues considera que "defiende correctamente la Constitución y termina con la discriminación por parte de los colegios y universidades".
En cambio, el expresidente Barack Obama ha aseverado que, aunque estos protocolos pudiesen ni ser "perfectos", han ayudado a "generaciones de estudiantes" como la suya a entrar a la universidad. Ahora, "depende de nosotros dar a los jóvenes las oportunidades que se merecen", ha sentenciado en un comunicado.